miércoles, 22 de julio de 2015

Carnaval de Totoras

La fiesta del 'niño caporal', un acto de fe y
tradición en el centro andino de Ecuador


La llegada del niño Caporal a la parroquia de Totoras en la provincia de Tungurahua, en el corazón de Ecuador, data de hace 200 años, según cuentan sus habitantes, quienes llenos de fe y devoción se reúnen cada año, durante el feriado de carnaval para rendirle homenaje a esta imagen que los ha llenado de esperanza y de fe.

El niño Caporal ha permanecido durante todo el año en casa de Teresa Sánchez, la dueña de esta imagen, aunque ella prefiere que la llamen protectora. En su casa, cerca de la plaza del lugar, se ha dispuesto un espacio para colocarlo en una caja, y alrededor están otras imágenes de la virgen María y las prendas de vestir del niño Jesús.

“Esta casa es del niño caporal, porque este niñito es de mis antepasados (…) entonces mi papá vivía aquí en esta casa y ellos dijeron que el niño es de aquí, vivía en esta casa y tiene que seguir viviendo con las personas que residan aquí”, explicó Teresa, quien es la única mujer de ocho hermanos, que se quedó en ese lugar y se hizo cargo de la imagen.



Un mes antes del carnaval, el niño caporal pasa durante ocho días en la casa de cada uno de los caporales o priostes mayores, que en este año fueron tres: Gustavo Landa, Daniel Cárdenas y Fabricio Cárdenas. Los caporales son elegidos porque han recibido bendiciones o milagros por parte del niño Jesús.

Mientras llegan los días de carnaval, en la casa de cada caporal empieza la preparación para los días de fiesta. Desde tempranas horas de la mañana, los hombres sacrifican animales como pollos, toros y cerdos para alimentar a cerca de 2.000 personas que asisten cada día del festejo carnavalero.

1 comentario: