lunes, 27 de julio de 2015

Nuestra Señora del Transito


Virgen María en la Advocación “Nuestra Señora del Transito”

No hay nada escrito, solo hay la tradición oral sobre la devoción de la Virgen del Tránsito en Totoras. En aquellos tiempos, un sacerdote llamado Segundo Alvares Arteta, párroco de la Matriz de Ambato, le gustaba venir a Totoras y finalmente se radico aquí. En esos tiempos se cuenta que este pueblo se llamaba TUTORAS, por la existencia de totora en la Ciénega que se extiende en la parte central del pueblo, esta totora no era para tejer esteras si no para forraje de animales.

El sacerdote acostumbraba visitar a las familias de casa en casa. Un día visito a una ancianita, había sido chichera, vendía chicha de jora (maíz rojo), su apodo era “Mama Pulí”. El Padre, acercándose a los nidos de las gallinas que estaban abarcando, observo un costal viejo bien amarrado que contenía algo. Abrió el costal, y con sorpresa vio una imagen de la Virgen acostada y cerrada los ojos. El padre se acercó a la anciana y le dijo: “Mamá Pulí, Mamá Pulí, como así tiene usted esta imagen de la Virgen”. Ella respondió mis abuelitos habían tenido esa imagen y me regalaron no sé de qué tiempo será. El padre le dijo: es la imagen de la Virgen del Tránsito.

El sacerdote maravillado por este hallazgo, se comprometió ese mismo año comenzar con la devoción a la Virgen del Tránsito, y la ancianita termino diciendo: “lleva pues, padre, si es la imagen de la Virgencita”. Con este consentimiento el Padre llevo la imagen a la capilla del pueblo y comenzó la devoción. La advocación de la imagen fue denominada por el sacerdote, quién al mirar a la escultura en su estado de reposo y con los ojos cerrados, característica especial de la Virgen María asunta al cielo, concede el nombre de “La Virgen del Tránsito”, que significa paso de la vida terrenal al cielo en cuerpo y alma, además de que este nombre le recordaba a la progenitora de sus días.

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